martes, enero 13, 2009

Vencido por una niña de 4 años

Sí, suena fatal. Y aún se queda corto. Situación: 8:15 de la mañana. Me dispongo a salir de casa camino del trabajo con cierta prisa. En el pasillo me encuentro con mi Balrog particular: una niña de 4 años. La hija de los vecinos de enfrente (a los que no conozco). De fondo la puerta de dichos vecino entreabierta y ruidos de últimos preparativos dentro. El balr... digooo, la niña me mira, ambos sabemos qué queremos y ella se adelanta, pulsa el botón del ascensor. 20 segundos después la puerta del ascensor se abre y la niña, con un rápido y perfecto movimiento que me sorprende y denota un intenso entrenamiento previo entra en el ascensor y planta su dedo sobre el botón para impedir que la puerta se cierre, tras lo cual clava su amenazante mirada sobre mí. No pasa nada, que no cunda el pánico, la madre/padre saldrá en breve... ¿o no?

...

No. Minuto y medio después los ruidos continúan y nadie sale. Durante ese breve pero interminable tiempo pensé en las diferentes acciones a realizar, a saber:

1) Llamar al otro ascensor. Imposible, están sincronizados.

2) Entrar en casa de los vecinos y preguntar al/a la amable/amabla señor/a. "¿Oiga, le falta mucho para terminar de arreglarse?". Aparte de la posible denuncia por allanamiento de morada hay riesgo de encontrarme con situaciones incómodas (ejemplo: los padres en plena efervescencia sexual matutina sobre la cómoda del hall, de ahí lo de in-cómoda**).

** Entenderé, querido lector, que ante tal chiste abandone está página y odie a su autor ad-eternum. Le pido perdón.

3) Intentar razonar con una niña de 4 años. "Mira niñita, tengo prisa y tu madre/padre parece que no, ¿Te importaría dejar libre el ascensor y usar el otro?". Poco probable que funcione, la intensidad con la que tiene presionado el botón y la determinación con la que ha hecho todos sus movimientos indican preparación militar y disciplina espartana... y lo más probable es que no me entienda. Opción descartada.

4) Coger a la entrañable niñita del gorro, levantarla y sacarla del ascensor. Opción parcialmente delictiva y peligrosa para mi integridad física, no sé si la niñita se llama María Jesús O'neall y su padre Shaquille así que la descarto inmediatamente.

5) Esperar. Opción elegida durante un breve espacio de tiempo. Hasta que dándoles vueltas pensé que cuando finalmente la madre/padre terminara de montar el mueble del Ikea que estuviera montando y nos viera ahí pensaría: "Aparentas unos 30 añazos, llevas aquí esperando todo este tiempo y no has sido capaz ni de llamarme, ni de decirle a la niña que te deje el ascensor libre, ni... (ver opciones anteriores), eres un poquito _______ (ponga cada uno el adjetivo despectivo que le apetezca). Así que miré a la niña, supuse que no está aún en condiciones de contar a nadie la anécdota (o eso espero) y decidí tomar la 6ª y última opción...

6) Salir corriendo por la escalera.


Y esta ha sido mi odisea de 90 segundos. Pero no me siento mal, todo lo contrario, estoy feliz por haber salido indemne de tan dura lucha mental, por haber sobrevivido a tan terrible batalla.

Y ahora me dirijo a , pequeña, a mi rival, mi némesis, sé que ahora te encuentras relamiéndote (quizá literalmente) por tu victoria junto a tu Arca de Noé con ruidos de animales y tu "Pinta y Colorea". No lo hagas, has ganado una batalla, pero la guerra continúa, hoy mismo pienso pasarme una hora entrenando en el gimnasio y la próxima vez... la próxima vez... el ascensor será mío.